miércoles, 26 de mayo de 2010

micologia


En diversas civilizaciones como la griega, romana e hindú, se consideraron los hongos como alimentos sagrados. Gracias a la obra de Fray Bernardino de Sahagún y a los libros como el Popol Vuh y Chilam Balam, sabemos que en la cultura mexicana antigua, tanto la Náhuatl como la Maya, los hongos adquirieron un rango elevado y se consideraron también como comida de Dioses y reyes. Quizás en Mesoamérica esta relación más bien tenga que ver con los hongos alucinógenos que con los alimenticios. Esta costumbre de ingerir hongos con un fin místico, es decir con un fin enteogénico, continúa en algunas culturas hasta nuestros días.
Hasta el siglo XVIII, los únicos hongos conocidos fueron los macromicetos que desarrollan cuerpos frutíferos (setas) visibles, pero gracias a la creación del microscopio por Leeuwenhoek, se tuvo conocimiento de los hongos microscópicos. Estos organismos adquirieron la categoría de reino y su estudio permitió conocer diversas patologías asociadas a los hongos, determinadas sustancias excretadas por diferentes géneros de organismos fúngicos y el desarrollo de variados antibióticos a partir de ellos.

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